sábado, 18 de enero de 2014

Aburrimiento, mentecatez y patriotismo

Robertson Davies pone en boca de Magnus Eisengrim, el mago protagonista de su novela "El mundo de los prodigios", la frase siguiente: "El aburrimiento, la mentecatez y el patriotismo, especialmente si se combinan, son tres de los mayores males del mundo en que vivimos".
Aunque con matices, estoy de acuerdo con el mago.
El aburrimiento, si no es buscado, conduce a la molicie y la estulticia, cuando no a la maquinación o la maledicencia, que me dan mucho miedo. Yo me he aburrido poco, porque no sé. Pero cuando me han aburrido, que es algo bien distinto, me he irritado. Me irrita que me obliguen a ir de compras, sobre todo a los centros comerciales, porque me aburro profundamente y tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo sin proponérmelo. Me irritan, aunque disimulo por educación, las personas que me cuentan asuntos que no me interesan nada o que no me incumben. ¿Hay algo que irrite más que un niño diciendo que se aburre? Otra cosa es buscar el aburrimiento como método de relajación. Pero, como ya dije, yo lo he intentado pero no lo he conseguido porque no sé. Es lo que tiene vivir inquieto.
La mentecatez es, sin duda, peligrosísima. El mentecato, es decir, el escaso de juicio y entendimiento, el que anda privado de mente, suele ser, paradójicamente, un tipo soberbio. El mentecato suele pensar que lo sabe todo. Y es que la ignorancia es atrevida. Y lo peor es que los mentecatos tienen su público. Supongo que Dios los cría y ellos se juntan.
El patriotismo es cosa de mentecatos. Ya lo dijo el doctor Samuel Johnson: "El patriotismo es el último refugio de los canallas". Un patriota, por lo tanto, es un paleto con mala fe. Y, casi siempre, un racista. Nunca entenderé que alguien se sienta distinto o mejor que otro por haber nacido en tal o cual lugar. Y eso que yo nací en el Grao de Valencia, circunstancia que, como es sabido, imprime hermosura y carácter.
Patriotas aburridos y mentecatos, sin comas, abundan por doquier. Yo ya no sé a quién votar.



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