jueves, 26 de julio de 2012

Nota del autor

Respecto a lo anteriormente escrito, quiero aclarar que me gustan los chistes de rubias, de negros, de gangosos y de maricones, siempre y cuando medie la justa distancia irónica. De hecho, no pienso que haya humor bueno o malo, fino o zafio, inteligente o tonto, blanco o negro, correcto o incorrecto. Creo que sólo existe el humor o la mala pata, sin más. Y, además, el chiste, en contra de lo que piensa mucho cenizo de izquierdas, es humor, porque depende de lo sorprendente del hallazgo y de la capacidad del cuentista, como ocurre con cualquier narración oral o escrita. No quiero teorizar sobre algo que no debería admitir teorías, porque el humor no se debe encorsetar. Ni tan siquiera puedo definirlo. Adonde quiero llegar es a que no me importa que un racista haga chistes de negros, judíos o amarillos, ni que un machista los haga de rubias o maricones. Lo que me jode es que sean racistas, machistas, homófobos, clasistas, insolidarios y, por lo antedicho, tontos de baba.

martes, 24 de julio de 2012

Inteligencia emocional

Ignoro qué es la inteligencia. Nunca me he creído esos test que la miden. A mí me los hicieron y, aunque no sabía sumar, mi cociente era el de un puto Einstein. Con esto queda  dicho todo.
Las personas de las que he aprendido tenían algunas características comunes: su sentido del humor, su absoluta carencia de envidia y su intento de mantener la vanidad bajo control. Puede que esta actitud nos acerque a la sabiduría.
Hoy he visto a unos políticos aplaudir a su jefe en el congreso cuando anunciaba que todos íbamos a pagar sus deudas y las de sus bancos a costa de empobrecernos. Una de las diputadas ha exclamado "¡Que se jodan!" en el momento en el que el jefe recortaba las prestaciones a los parados. La falta de empatía es casi inhumana, profundamente egoísta. Los egoístas no tienen sentido del humor, son envidiosos y necesitan de la adulación. Por lo tanto, son unos necios. Los que aplauden y se alegran de la desgracia ajena son unos fascistas de manual.
Los fascistas no tienen sentido del humor. El humor los descoloca, porque no pueden rebatir lo que hace sonreír. A nadie le gusta aceptar que no encaja la crítica humorística, que no tiene sentido del humor. La crítica periodística es otro asunto. A esta se la cargan y punto (véase y escúchese la nueva temporada de RTVE). Los fascistas creen tener sentido del humor porque se ríen del retruécano, de la sal gorda, de los chistes de rubias, de negros y de gangosos. Por eso les jode especialmente el humor absurdo, porque no lo entienden y, en consecuencia, es cosa de idiotas, de judíos o de judios idiotas. El humor nos regala salud, libertad y cultura. Y cuando un fascista ve a una persona sana, libre y culta, echa mano de su revolver. (Por cierto, los fascista creen que las mujeres no tienen sentido del humor).

Los fascistas son envidiosos. Los fascistas no soportan que se admire a alguien que no piensa como ellos. "Cumplo con los preceptos de la Santa Madre Iglesia, velo por el interés de los míos, tengo un coche enorme y ¡no me quieren! Y a ese rojo del cine lo adoran. ¿Por qué Señor, por qué? ¿Y por qué su coche es más grande que el mío? ¿Dioosssss, por queeeeeeeeé?" Se trata de aquello tan simple de que cuánto más tienes más vales. Por eso son tan permeables al soborno.

Los fascistas son vanidosos. Ya no hay fascistas cultos, aunque los hubo. Ahora, como mucho, son leídos y sabihondos. Pero éstos son la excepción. El fascista actual es, por lo general, pedestre y casposo. Cualquier halago, aunque provenga de lo que ellos consideran el pueblo zafio, consigue que les cosquilleen el ego y las raíces del escroto o, dado el caso, de la vulva. Siempre he pensado que a esta gente le pegaban en el colegio, por lo que desarrollaron un odio soterrado hacia sus congéneres y complejo de inferioridad. Pasados los años, convertidos en carne de cañón emocional, los captó el fascio, que no le hace ascos a nada. A este tipo de acomplejados les da confianza pertenecer a la manada, cazar en grupo, porque son cobardes por naturaleza y por resabio. No saben defenderse solos. A mí nunca me ha pegado un fascista solo, siempre me han atizado entre cuatro o cinco como mínimo. Y eso que no tengo ni media hostia.

Y quiero concluir diciendo que no me he referido en ningún momento al gobierno actual cuando he hablado del fascismo. Tan sólo lo he insinuado.

P.D: ¿Por qué a los fachas les molesta que se les llame fachas? A mí no me importa que me llamen rojo de mierda.