domingo, 6 de octubre de 2013

Mago depone

Mago gira sobre sí mismo hasta que encuentra el centímetro idóneo donde dejar caer la deposición. Entonces, adopta la posición del dibujito de la señalética de los pipicanes y aprieta fuerte, tensa los músculos trémulos, estira la cola y desenfunda el lápiz de labios, carmín, lipstick o rouge (o sea, la pilila). Yo le miro de refilón, porque a Mago le da vergüenza que le observe cuando abona. A Mago se le pone cara de pena cuando entripa el morcón. Hoy Mago tiene su camada en las riberas del río Algar. Va suelto de correa y esfínter. Yo escucho con los auriculares el "Claro de luna" de Debussy y pienso y huelo que es bueno vivir aquí. Huele a caca de Mago (que recogeré), pero también a mar, higuera y caracoles. Estamos en octubre y esta mañana he buceado en el mar. Y pienso que mi perro y yo queremos vivir aquí, en nuestro lugar en el mundo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario