martes, 17 de abril de 2012

La caza

El Rey se tropieza mucho y se tronza los huesos. Ahora se ha roto la cadera mientras mataba elefantes en Botswana. Matar un elefante en Botswana cuesta alrededor de 50000 euros, pagados religiosamente por la ciudadanía.
El Rey, de pequeño, le pegó un tiro a su hermano y lo mató. Fue entonces cuando le cogió el gusto a matar bichos y no ha parado. Una vez se cargó a un oso borracho. En lo de la dipsomanía, el oso se parecía al Rey.
Froilán, el nieto del Rey, el primogénito de la Infanta tonta, ha heredado las aficiones del monarca. El otro día se disparó en un pie. Dispararse en un pie en un campo de Soria es más barato que matar elefantes en Botswana. Froilán, en un alarde de austeridad que se agradece, combinó cinegética y quebranto óseo a un tiempo. Es una pena que Froilán, el Borbón ahorrador, tan sólo sea el quinto en la sucesión dinástica, porque un pie es caza menor. ¿Contra qué hará blanco cuando se saque la licencia de armas? ¡Qué excitantes retos le esperan tras su mayoría de edad!

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