jueves, 26 de julio de 2012

Nota del autor

Respecto a lo anteriormente escrito, quiero aclarar que me gustan los chistes de rubias, de negros, de gangosos y de maricones, siempre y cuando medie la justa distancia irónica. De hecho, no pienso que haya humor bueno o malo, fino o zafio, inteligente o tonto, blanco o negro, correcto o incorrecto. Creo que sólo existe el humor o la mala pata, sin más. Y, además, el chiste, en contra de lo que piensa mucho cenizo de izquierdas, es humor, porque depende de lo sorprendente del hallazgo y de la capacidad del cuentista, como ocurre con cualquier narración oral o escrita. No quiero teorizar sobre algo que no debería admitir teorías, porque el humor no se debe encorsetar. Ni tan siquiera puedo definirlo. Adonde quiero llegar es a que no me importa que un racista haga chistes de negros, judíos o amarillos, ni que un machista los haga de rubias o maricones. Lo que me jode es que sean racistas, machistas, homófobos, clasistas, insolidarios y, por lo antedicho, tontos de baba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario